
España poseía en el Océano Pacífico un conjunto de islas que, tras perder la Guerra de Cuba y las colonias de Filipinas, Puerto Rico y Guam, firmó un tratado en 1899 en el que vendía al Imperio alemán las islas que poseía en Oceanía: Carolinas, Marianas y Palaos.
Pero fuera de ese acuerdo quedaron cuatro pequeñas islas (o atolones) llamadas Guedes, Coroa, Pescadores y Ocea y cuya ubicación se encuentra entre Melanesia y Polinesia, en el Océano Pacífico.
Estas islas fueron descubiertas en el año 1537 por Hernando de Grijalva, explorador y conquistador español que navegó gran tiempo con Hernán Cortés y que ese año decidió probar suerte por el Océano Pacífico a bordo de la nave Santiago. Fue su último descubrimiento y viaje, ya que ese mismo año murió a manos de su tripulación tras un motín.

Lo puso en conocimiento del Gobierno, que aquellos momentos estaba bajo mandato de Francisco Franco, que, tras un Consejo de Ministros celebrado el 12 de enero de 1949, dio a conocer el poco interés que había hacia las mismas. Desde entonces ningún Ejecutivo posterior ha mostrado interés sobre ellas, debido a que no poseen valor alguno tanto económico como estratégico.